lunes, 13 de octubre de 2014

El clavileño estelar,



que algunos singulares y desvanecidos textos esotéricos nombran como la Nave de las Nueve Esferas, recorre el mapa de nuestra amada Iberia con su proverbial y parsimoniosa elegancia, despertando la honda admiración de quienes lo contemplan y desatando los comentarios más elogiosos y asombrados.
El suave clima ha acompañado la travesía y hubo suerte escapando de las lluvias al acecho.
Ciertos testigos afirman con estupor que la Nave ha sido reconocida de otros tránsitos o bien que el recuerdo tan cercano del paso de ese deslumbrante cometa, tan sólo tres o cuatro jornadas de diferencia, no podía pasar desapercibido.
Al caballista no le extraña, conociendo esas formas, esos brillo y color, ese generoso e insólito carácter, tan ancho de caderas. 

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