martes, 30 de abril de 2019

Licenciado con honor, "El Plegablito" pasa a la reserva

Yo no sé si al abstruso laberinto
de tus artificiales neuronas
debiéramos llamarlo "los circuitos".
Pero de todas formas, tal parece
que te aquejan disímiles pruritos,
y que tu lentitud operativa
y tu funcionamiento aleatorio
me llevan a pensar que a la deriva
desde hace tiempo va tu repertorio.

Soy un sentimental: quizá por eso
le he tomado cariño a tu carcasa
tan negra y elegante, tersa y rasa;
a tus teclas, sensibles en exceso;
a tu pantalla mínima. Y ahora
presiento que tu hora ya es llegada.
Tu destino, también perecedero,
te pone en trance de jubilación
y así tu obsolescencia programada,
como un viejo y nostálgico bolero,
me tiene desolado el corazón.

(Blanco y grande, aguarda tu heredero
a confrontarse con mis redacciones,
ajeno a mis variados derroteros,
mis versos venideros,
mis sueños, fantasías y aflicciones.)

Que estas exequias y esta arquitectura
que erigen las palabras laboriosas
sean entre tú y yo como una glosa
y esta vez, sin retorno, una cesura. 

lunes, 29 de abril de 2019

Raíles y rieles

Todas las veces que paso
-- dejando atrás San Fernando --
al lado de la estación,
siento esa punzada sorda
que me late en el costado
al compás de un corazón
que la congoja desborda.

Frío de ferrocarril,
un mes tras otro: ya acaba,
casi del todo, este abril.

domingo, 28 de abril de 2019

La opinión del público

Como los programas de las televisiones, de todas, dan de ellas lo que dan, cabe señalar como algo excepcional "Prodigios", cuya gala final ofreció anoche la emisora pública que con tanta "imparcial independencia" quiere venir administrando la Mateos única.
El balance general del espectáculo fue notable: en la hermosa Valladolid, un auditorio espléndido, que mostró vistosamente iluminado la correcta realización; la buena sonorización de una orquesta que cumplió su cometido con muy alta maestría, así como el coro, cuando intervino.
La Prendes y Boris hicieron de presentadores: ella, secundaria y discreta y él, como de costumbre, aparatoso y mucho menos ocurrente que oportuno, algo bufonesco de resabios y siempre encantado de exagerar sin necesidad su pluma. El tribunal de especialistas, por otra parte, era competente.
El propósito ha sido premiar la excelencia de unos jóvenes participantes que a lo largo del certamen exhibieron talento, arte y aptitudes extraordinarias. Transcurridas las rondas eliminatorias anteriores, anoche el jurado tuvo que dejar en tres el número de aspirantes al triunfo. Y aquí vino el nudo gordiano, y no estaba Alejandro para cortarlo con su espada, como Quinto Curcio cuenta: por miopía y racaneo (¿que no hay dinero, en TV?), un solo premio en metálico y beca para uno de los tres finalistas que, ay, presentaban disciplinas diversas que ya exigían evaluar la preferencia y la preeminencia en una problemática comparación: canto, dominio de un instrumento musical y danza.
Y el fallo definitivo, a cargo de un público que acaso no dejó de reaccionar ("sensibilidad social" a la moda) a la más que evitable anécdota esgrimida por Nacho, jurado y bailarín.

Por encima de Jaime, genial, brillantísimo y admirable violinista de 14 años, y de Raúl, de 13, quien desde el principio, con el milagro de su voz portentosa, noble y pura, cantando literalmente COMO UN ÁNGEL, nos hizo vibrar y conmover hasta las lágrimas, el público decidió en favor de Saïd, bailarín también, finalista y, como tal, de mérito.
En el aire parecen quedar un chasco decepcionante, la probable frustración del que a todas luces era el ganador y la confirmación de que el personal, siempre más profano que formado, no tiene a menudo la mejor inteligencia ni la más fina sensibilidad para que su opinión sea la que prevalezca.
En las urnas de hoy, con el invento ese de la "democracia", ¿tendremos otro ejemplo?

sábado, 27 de abril de 2019

Ese tirón

Aguijoneado, una vez más, por las lecturas y relecturas de las obras de Fernando Quiñones, me vengo a pasear Cádiz, procurando fijar los rincones, las calles, los lugares que el maestro cita, observando con ojos atentos y concentración de señor mayor la Caleta y su playa pequeña, el parque, la Viña y el Campo del Sur, las fachadas, tantos sitios que él se sabía como si los hubiera parido y los quería a más no poder.
Vicariamente, presiento la fascinación y el amor -- y el desconsuelo de las destrucciones -- que él experimentaba, y pido perdón por mi atrevimiento.

viernes, 26 de abril de 2019

Una cartelera borrosa

De sustos y efectos, más bien gratuitos, para sobrecoger al espectador, y a base de volumen en el sonido y estampidos súbitos, repentinos, en las imágenes, se construye "El cementerio de animales", peli de pretendido terror que nos confirma la conveniencia de no volver al género, cosa a la que no nos atrevimos en muchos años, por sus reiteradas mediocridades y obviedades conceptuales. Niños/víctimas, fáciles y frágiles de suyo, una casa que avisa desde el principio que será escenario del desastre y la enésima mirada a zombies y otros fiascos clásicos. Exenta de sorpresas, harto previsible, como no sea Ud. complaciente forofo "ad hoc", no le encontrará interés a este cementerio que en nada se parece al de Castro Urdiales, del que dicen que es artístico y hermoso y al que de visita espero que vayamos algún día.
Por su parte, a "La espía roja" le falta convicción y estructura, no termina de enganchar y la historieta queda medio roma, de manera tal que la abuelita es menos bienintencionada que sosa y hasta los comunistas del argumento son tan de toda la vida que resultan unos inocentones a fuerza de simples y elementales. 
Queda claro que la Semana Santa no es tiempo de cine; ni de cofradías, cuando a mares llueve.
Por cierto, a los traductores para el doblaje al español de "La espía...", les recomendamos que usen "sangradura" que es el término que de verdad corresponde y no esa tortuosa elipsis del "pliegue del codo o pliegue del brazo", como nos pareció entender, sumidos en un relativo desconcierto.  

jueves, 25 de abril de 2019

Karma Chameleon, lidereso carismático

¿A qué transmutación atribuiremos
los nuevos modos, suaves y abaciales,
con que te nos presentas al presente
aspirando al sillón de presidente?
¿Cómo debemos entenderte ahora?
¿Son la paternidad y las ternuras
-- los pertinentes mimos y cuidados --
lo que impensablemente te ha domado,
y como aquel suceso de San Pablo
(por cierto, Pablo como tú, tocayo)
te ha bajado de tu cabalgadura?

¿Qué fue del Robespierre incorruptible
cuya furia tomabas como ejemplo
-- venablos y denuestos en el "Templo
de la Soberanía Popular" --
lanzando apocalipsis y anatemas,
con la revoluSión de estratagema
mientras llegabas a Galapagar?

¿Qué nos queda envidiarte
fuera del espesor de tu coleta?
¿Vamos a verte "porque tú lo vales"
anunciando también a l´Oréal,
despues de defender que baje el IVA
para la íntima línea femenina,
y tras las purgas en tu comitiva?
¿O piensas regresar a tu doctrina?

Suspensos nos mantiene,
porque nos huele todo a chamusquina,
que intervengas, trayendo la ruina
al gobierno que viene.

miércoles, 24 de abril de 2019

Trance

La joven ayudante, antes de conectarle la aguja del suero, le preguntó:
-- ¿Viene Ud. solo?
-- Ya...
No será el único caso. De modo que quizá no tuvo que componer ni disimular un gesto de desconcertada piedad; "un viudo sin hijos", pensaría.
Le hizo las preguntas usuales sobre reacciones alérgicas, intervenciones quirúrgicas previas, medicación habitual, etc. y le indicó que fuera desvistiéndose y se enfundara (es un decir) en esa suerte de batita que queda abierta atrás y se mediociñe con un lazo que, al menos, no era amarillo.
Luego, y poco antes del comienzo estricto de la cuestión, el doctor le hizo una broma, para la distensión que probablemente ya iniciaba el sedante.
-- ¿Conoce Ud. a papá Pitufo?: se le parece.
-- Entre Santa Claus y Hemingway, somos muchos con la barba blanca, contestó, mientras de paso alcanzaba a pensar que sus referencias culturales no parecían próximas, paciente veteranísimo y médico joven, seguramente con una crianza inclinada a otras aficiones. Por otra parte, omitió la alusión al oso polar, especie en triste peligro de extinción.
Ahí, perdió el hilo; y parece que la consciencia.

Ahora intentará hacer que la aprensión que tiene a esas situaciones desaparezca... ¿hasta otra?
Y hace estos dibujos en el porche, en la casa, sopesando cada fragilidad, cada incertidumbre.

martes, 23 de abril de 2019

Tras el primer debate

Tildar a los demás de mentirosos
es descarada y fresca demasía,
con lo falso que has demostrado ser
y lo tonto del bote, noche y día.
Sólo un tramposo nato como tú,
del todo rebozado de cinismo,
dispone con tan grave solecismo
su camisita y su canesú.

Por infumable y por mequetrefe,
mejor si en ese "falcon" de viaje
te largas y aterrizas en la luna
y, lunático, allí te nombras jefe:
te mandaremos todo tu equipaje
de la forma más ágil y oportuna.

lunes, 22 de abril de 2019

¡AUXILIO!

Escuchar unas pocas notas (sólo eso: he salido huyendo de inmediato) de la horterada supina que en la próxima Eurovisión nos cubrirá de oprobio, me ha producido un hondo desaliento.
¿No había una ordinariez menor, algo que tan de lleno no se revolcara en la vulgaridad, para participar en ese certamen anual, por trivial que pueda parecernos?
¿Qué mal de ojo sufrimos para venir cayendo, año tras año, en semejantes abismos de desgracia?
¿Acaso no tenemos suficiente con los políticos?
¿Qué conjuro inimaginable y poderosísimo podría salvarnos de destino tan mísero y deplorable?   

domingo, 21 de abril de 2019

Del Hipocampo a Cayetana

Con esa española resonancia que tienes, de nombre y apellidos, nos gustaría no esperar menos de ti.
Así que, desde nuestra condición de meros ciudadanos que te observan (ya que no nos atribuimos otro timbre ni relieve, si a tenerlos llegáramos), varios detalles tuyos permítenos aplaudir, siempre con el escarmiento previo del andar con pies de plomo y no poner manos en el fuego por nadie, que ya llevamos en las costillas un pentagrama con demasiadas corcheas decepcionantes:

El tono y el ritmo de tu voz, de tus opiniones, suelen ser mesurados y firmes (sin quitar lo cortés a lo valiente ni omitir las verdades del barquero que tanto disimulan otros), que se agradece en estos tiempos de gentecillas atropelladas y ruidosas. Y también se diría que ejerces la semisonriente templanza de esperar el desarrollo (con frecuencia prolijo, largo, de vanidoso protagonismo) de las preguntas que te hacen más de cuatro "periodistas y analistas" al uso.
Y al responder, afloran tintes de equilibrio, sensatez e inteligencia en tu discurso, que no es retórico, y que subrayan gestos naturales y sobrios, y un aliño indumentario que también, por lo menos, lo parece.
Conque ojalá que nunca se te resquebraje la compostura ni la coherencia y que no te encontremos cuentos ni cantos de la muy indirecta sirena flaca y rubiales -- cordialmente sea dicho -- que, con suerte, no nos resultarás, Alvarez de Toledo.
Más que nada porque va sobrando ya mucha murga, porque sería preferible un mapa sin los altisonantes señalamientos contra esa "derechita cobarde" que dice alguno y, de camino, sin la inquisición de esa izquierda que siempre tan bravucona está.

sábado, 20 de abril de 2019

Los compases de espera

Con tu color marfil
y tu lento descenso sobre el mar,
contrasta tu medalla
en este riguroso mes de abril,
más sentado que nunca, aquí en la playa.
Hace un momento apenas,
por el jardín dos mirlos se embromaban.
Distraído, mirando,
(el tiempo para nadie, ¿va pasando?),
tu luz de maga ya se desvanece.
Van días que no escribo. Tal parece
que estamos con un pie sobre el estribo;
que, como siempre, pasarán volando
los compases de espera que nos quedan,
mientras gana relieve el resplandor
de la sabia advertencia manriqueña
y --menos miedo acaso que estupor--
cabe asumir que el teórico fuego
una clámide viste de sosiego,
irónica y risueña.

La inevitable, íntima verdad
de nuestra soledad: el caballete
del pintor/Hipocampo, y el membrete
de unas lejanas "fintas de florete".

lunes, 1 de abril de 2019

9,8,10 y 4

El alto contraste del TAC
produce un calor repentino
y tiene un color azulino
la veste que te ha de arropar.

Encapsulado en un potro
de tormento metafórico
te recomiendan sosiego:
¡ni que estuvieras eufórico!
Y en la sangradura atónita
te insertan buída aguja
que sutilmente sugiere
un aquelarre de brujas,
una escena de esas, turbias,
tan típicas del vudú.
(No pinta bien la mañana
ni para eso estás tú.)
El "catafalco" recorre
tu cuerpo unas cuantas veces,
se ve que tomando notas
de lo que hay o lo parece.

Y ligero, da fin la sesión,
que corona un suave mareo.
¿Qué escondemos en el corazón
y en el resto de esta sinrazón,
de esta luz fantasmal que ni yo

me la creo?