martes, 30 de agosto de 2016

En mi sueño

Soñé contigo. Estabas intacta, como en aquellos días lejanos y gloriosos en los que, enardecidos por el verano, nos "vimos venir", y dejamos que la tentación siguiera su luminoso curso, fácil y complaciente.
Con tus rizos, tus radiantes ojos de melaza y tus manos pequeñas y hábiles de dibujante/docente, la memorable frase que empleaste fue "no se nos puede dejar solos".
Porque es lo que habían hecho esas dos noches los otros amigos de la reunión habitual.
De los de palabras (cuya afición compartíamos) pasamos a los otros juegos. No te estorbó el noviete con el que empezabas a salir, para darte a mí sin más. Tampoco yo miré la devoción que ya tenía por la mujer que pronto iba a hacerme sufrir. Porque eran, entre nosotros, unas caricias guapas de colegas, una atracción feliz en la que no cabrían el compromiso, las ataduras, todo aquel equipaje que sabemos cómo termina pesando.
Con una tercera sesión apasionada, un mediodía caluroso, y antes de un viaje tuyo, quizá presentimos los flecos siempre gustosos de aquello.
En mi sueño, seguías teniendo los hermosos muslos blancos que, entre otros matices, tanto me atrajeron de ti.

-- No irás a decirme que te has levantado de madrugada sólo para escribirlo.
-- Bueno, ya estaba desvelado.    

lunes, 29 de agosto de 2016

Pedrito el Demagogo

Decirle a Mariano que su obligación es buscar apoyos donde sea. Esa es tu más burda que perversa receta.
Y no es que seas un memo, que también, sino un terco al que le faltaría tiempo para dar la bronca, para señalar falta en el instante en que el gallego se permitiera la mínima aproximación o concesión al separatismo a cambio de lo que tú (contra las reiteradas indicaciones de "notables" de tu partido) te emperras en negarle.
Te respalda una camarilla que has ido instalando a tu alrededor precisamente a ese efecto, mientras defenestrabas a algún otro que no era de tu agrado.
Pero lo que no va a respaldarte en absoluto es la opinión internacional (ni la nacional), que va desconfiando de esta España que te has propuesto que sea una verbena ingobernable con sucesivas elecciones que vas perdiendo para nuestro daño y tu vergüenza, que no es seguro que la tengas.

domingo, 28 de agosto de 2016

Las Campos

Con el resuelto propósito de superar, en la condición empachosa y cansina, a lo más granado de nuestros políticos, este tándem de tótems asoma a TODA hora por la televisión para impregnarnos con los detalles que adornan sus andanzas, muchas de las cuales ya nos eran conocidas y cuyo agotador acervo se nos amplía ahora hasta muy altas cotas, difíciles de igualar.
Al asunto, al "formato", lo han bautizado con la temeraria, pintoresca y contrahecha expresión docu-reality, que debe henchir de orgullo y gozo el corazón de su ocurrente creador y que ya debería habernos puesto en guardia sobre lo que iban a endilgarnos.
Sea como fuere, y dejando de lado la todopoderosa consideración de las audiencias, el resultado, entrevisto a rachas apenas soportables, se diría que está por debajo de la ambición, y probablemente quede como un ejercicio de idolatría no merecida, a fuer de exagerada, que pudiera terminar quemando a sus protagonistas.
Saturada de llamas, la combustión solar de Ícaro acarreó su final.
Se me dirá que el Ave Fénix, por el contrario...
Cualquiera sabe.

sábado, 27 de agosto de 2016

"Café Society", de Woody Allen

Inteligente (¿cuándo no?), limpia, de impecable acabado formal e impregnada de arte, de Cine, esta nueva cinta del genio confirma otra vez la solvencia indiscutible de su maestría, a la hora de dar ejemplo de buen gusto, de interés, en una historia de amores divididos, contada con sencillez y elegancia, rozando con suavidad la nostalgia de un tiempo hermoso y la melancolía en unos personajes que son para comérselos.
No falta, por supuesto, la presencia de una música a juego, lejos de las estridencias sin justificación que venimos sufriendo estos años.
Tampoco está ausente la fina ironía, el humor de las referencias a la comunidad judía, frecuentes en el cine de Allen.
Una belleza, la ambientación de época, este Café no puede ser más recomendable.

viernes, 26 de agosto de 2016

Lo accesorio

La vulgaridad de los tiempos actuales hacen que cualquier dato accesorio o polémico de muy segunda fila, sea resaltado en el titular de una entrevista lucense y reciente, cuya intención había tenido otros vuelos. Deploro esta realidad.
Y remito a los interesados (si es que los hay) a los "blogs" del Hipocampo de fechas 31-XII-2014 y 1-I-2015 que ya relataron lo verdadero de aquel remoto asunto, evocado ahora con un descolorido relieve de oportunidad discutible y dudosa habilidad, que no atribuyo a Héctor, siempre cuidadoso de modales, sino a la manipulación de los mercaderes del cotilleo, por minúsculo y residual, como en este caso, que fuere. 

jueves, 25 de agosto de 2016

Nombre de reina y Visa Oro

Ahora, tantos años después, no atinaba a precisar su nombre; aunque desde luego sí su emplazamiento, más que célebre el lugar por ser de tradición, e incluso hoy, centro de reunión de gente de letras.
El Café de Gijón.
Con tu consorte de viaje, allí me llevaste a cenar esa noche, en una de aquellas cuatro o cinco ocasiones en que andabas a coquetear conmigo, a tantear quizá una digresión de tu matrimonio que seguramente sufría un transitorio y se ve que leve tambaleo. Y digo que debió ser leve por la blindada y gradual desaparición que de tu parte fuiste estableciendo entre nosotros. De aquella cena me sorprendieron tu desenvuelta y madura insistencia en invitarme con tu Visa Oro; tu modo de marcar el día miércoles con una X. De otras veces, tu visita a mi playa (alojada en tu hotel de cinco estrellas), y a mi casa y mi conversación; tu beso furtivo en un taxi. Un café, otro día, cerca de tu lugar de trabajo en el periódico...
Con la excursión mía a tu escarpado Norte, con alguna página del Sello de la Casa y muy luego con esa canción del V que parece una marcha procesional, te fui perdiendo.
O acaso tengo un modo, una alquimia con la que, a mi manera, puedo todavía retenerte.

miércoles, 24 de agosto de 2016

Lo delicado del lenguaje

DEBIDO AL FUERTE VIENTO REINANTE Y AL ESTADO DE LA MAR...
Por los altavoces (que otros llamarán megafonía, con más "luminosa" expresión o fórmula) de la playa difunden esta advertencia.
No hacen traducción alguna, con lo cual se mantiene la incógnita arriesgada de lo que podrá pasarles a los no hispanohablantes.
-- De todas formas, el chapurreo de las frases matinales de bienvenida en inglés ortopédico/cacofónico tampoco se descifra con comodidad.
-- Y que lo digas. Y encima cabe preguntarse si reinante no herirá la sensibilidad encrespada de los republicanotes y las otras variedades de rojos.
-- Muy difícil, esta vida. Pero mientras Trump, con la incorrección política que no le perdonan, "larga" lo que más de cuatro piensan, transitamos el atasco de los pies de plomo, de los paños calientes, de los melindres que tanto complacen a los melifluos.
-- Y a las melifluas, que no TE SE olvide. 

martes, 23 de agosto de 2016

Esta vereda

Rebeldes remolinos
que el levante levanta
van estrechando el cerco
a otro verano más.
En los próximos días
la lenta cofradía
de los veraneantes
dará la marcha atrás.

Yo aplazo decisiones,
no pongo en marcha planes,
como si me sobrara
el tiempo que me falta;
repitiendo los fallos
que siempre he cometido:
la vida en horas bajas
y la imprudencia, alta.

Y a seguir la vereda
me aplico; mas no encuentro
ni el corazón que queda
aquí dentro.

lunes, 22 de agosto de 2016

En la autopista

Al parar para el pago del peaje, lo vimos en el carril de al lado, con la misma intención.
Era un automóvil elegante, amplio, cinco puertas, y aun así, sus líneas eran fluidas y armoniosas. De una marca alemana que recientemente (o no tanto: el tiempo pasa) había tenido problemas aunque no cabían dudas de su calidad.
Recuerdo que el primer coche que me compré había sido uno familiar, de cinco puertas también, para la familia que una vez tuve. Luego, todos los siguientes fueron "coupés", unos más radicales que otros, y en función de unos aires pretendidamente deportivos a los cuales sólo ellos ayudaron.
Pero aquel auto grande me gustó. Y lo ponderé, señalándolo al colega con quien viajaba.
Dijo él:
-- Ya, pero es un coche de señor mayor.
Lo miré con sorna gallega. Ambos con bastante más de sesenta "tacos" a las costillas... Así que observé:
-- ¿En serio? Y nosotros, ¿qué?
El tío de la cabina no se explicaba nuestra risa al pagar.   

domingo, 21 de agosto de 2016

Inquietudes y otras "vainas"

Hacemos planes sin saber nunca dónde decidirá por nosotros el Destino, cuándo se nos caerá al suelo una camiseta al sacarla, junto con otras prendas, de la lavadora, que tiene el inconveniente de no ser de carga superior, como aquellas históricas de la marca BRU, que ya citamos una vez en este "blog" del Hipocampo, con algún reconocimiento.
Planes pensando que el Ayuntamiento finalmente arreglará la avería de la farola de enfrente de casa.
Planes pensando.
Imaginad ahora, cuando me he enterado de que GPS significa Sistema de Posicionamiento Global, y vuelvo a sentir la inquietud tecnológica penetrando mis doloridos huesos, mi andamio interior, tan maltratado por toda suerte de vicisitudes, de aconteceres, de "vainas".
Imaginad mi aterradora zozobra cuando verifico que en mi gasolinera de cabecera (aquella de la playa a la que acudo con la "trike", por ser la más sosegada, aunque algo más cara), desaprensivamente y a traición, han instalado una máquina de pago, con instrucciones abstrusas y pantalla digital, para comprobar y, en su caso, poner a punto la presión de los neumáticos. En la primera experiencia, el piadoso empleado de turno me ayuda; pero ¿qué me habrá de suceder en el futuro?
En este agobio espeso
que sobre mí se cierne
me voy sintiendo preso
de cierta agitación.
¿Debo tomar Nespresso
y empecinarme, terne,
o rendirme al "progreso"
de tanta innovación?

A mis dioses penates
invoco y pido ayuda
para esta vida ruda
y esta casa de orates;
para aquesta carrera
donde ya estamos todos,
moros y visigodos,
como una regadera.

sábado, 20 de agosto de 2016

La espalda

La visión era más que esplendorosa. Tanto, que lo hizo dudar de la conveniencia (o de la inconveniencia) de atreverse a decírselo.
La había visto al salir de aquel mesón, sentada a un velador de una terraza de verano, cenando con otras tres jóvenes. Consultó con el amigo que lo acompañaba:
-- ¿Le digo algo?
-- No, venga, déjalo.
Pero titubeó, se detuvo. Quince segundos más tarde, decidido, se estaba aproximando. Y le soltó, con los modos de caballero que tan bien dominaba:
-- ¿No te ofendo si te digo que tienes una espalda muy bonita?
Él llevaba anclado en las entretelas de su corazón el acento con el que ella contestó:
-- No, "mi arma". Gracias. 
-- A ti.
Se dio la vuelta sin más. Se sintió satisfecho. Eran guapas las cuatro, pero aquella espalda...  

viernes, 19 de agosto de 2016

Acordeonista en el puente

En el puente de Triana se instalaba para solicitar, con la música de su acordeón, algunas monedas con las que ir sobreviviendo.
Encima de ese río hermoso, cuyas aguas nocturnas hacen ondas seductoras, al paso de los barcos de los turistas.
Con el fondo, como un decorado majestuoso, de las torres esbeltas, de los monumentos de matizada o resplandeciente iluminación.
Y yo, mientras dejaba caer mi respetuosa contribución a su propósito, no atinaba a imaginar qué deriva en su vida lo habría llevado hasta allí, hasta aquel, a pesar de todo y para todos, mórbido edén sobre la Tierra.


   

jueves, 18 de agosto de 2016

Aniversario

El cargo de conciencia de mi ingratitud, corre parejo con mi agradecimiento.
De ambos, infinitos, no habrá olvido posible. No debe haberlo.

miércoles, 17 de agosto de 2016

El vestido blanco

Las murallas romanas en la ciudad de Lugo
y tu vestido blanco.
Reverdecidos ojos contemplándolo todo
y tu vestido blanco.
Como faunos paganos, sátiros con nobleza,
que aprecian la belleza
de tu vestido blanco.

Palabras de censura, de incomprensión incluso,
y tu vestido blanco.
¿Qué dicen de nosotros,
los cortos, los pobres, los envidiosos, los imbéciles?

Ante el vestido blanco, nada importa.

miércoles, 10 de agosto de 2016

De anteayer

Un pedazo de luna,
tus brazos bronceados;
la fortuna
de tenerte a mi lado.

La cadencia serena
de tus hondas miradas
y los restos de arena
en esta madrugada.

¿La música aún queda
de la antigua habanera,
resonando en la rueda
de tus dulces palmeras?

¿El fino tatuaje
que, como un garabato,
traza por tu cadera
sellos de virreinato?

Díme lo que va a ser
este tibio rescoldo
de anteayer. 

sábado, 6 de agosto de 2016

De madrugada

Lo ha sentido volver de madrugada,
dar señales furiosas, insistentes,
ejercer con denuedo la llamada
que este verano suena tan frecuente.

El estandarte azul se fue encrespando
y agitando la "erre" solitaria
de una manera tan extraordinaria
que era la travesía temeraria
de una galerna en un buque normando.

Pero el mástil resiste y el sextante
permanece en su sitio y todavía
afronta esta porfía
en lucha con el viento de levante.

viernes, 5 de agosto de 2016

Claustros y cantinas

Veo pasar los días sin sentido
en un claustro creciente de rutina,
perezoso en los actos repetidos,
retirado de todas las cantinas.

A cal y canto cierro las ventanas
dejando que el bullicio del verano
se pierda como el agua entre las manos:
imperceptiblemente. Y la mañana
siguiente reedita empecinada
la tensa espera de esta dura noria,
el filo de esta espada,
el ciclo de esta historia.

Las cartas que reparto en este juego
tienen marcas a veces peligrosas;
y desde luego
que no va a ser un camino de rosas.

jueves, 4 de agosto de 2016

En alguna ocasión

debería hablaros de Marina.
De sus blancas medias de colegiala, de su sonrisa deslumbrante. De su melena negra, brillante y lisa, dignísima delatora de su honda estirpe.
Del dulce acento quedo de aquella voz con la cual vino a casa a transmitir un recado, de parte de su madre, y la recibió, apenas en el rellano del amplio edificio de apartamentos, el adolescente asustado y tímido, llegado de lejos, traspasado de una fascinación insuperable, desconocida, de una fiebre enamorada, que ella -- no mayor que él pero más sabia, mujer al fin -- percibió, sintió sin estorbos.
Debería hablaros de aquellos ojos de miel y de la piel tostada que otras veces, más adelante, él iba a encontrar y a conocer de cerca por aquellas latitudes.
De esas cosas, de esas imágenes imborrables debería hablaros.

-- Te has dejado muchos rastros por el camino.
-- ¿Verdad?  

miércoles, 3 de agosto de 2016

Los perros del hortelano

Con rotunda precisión, Esperanza Aguirre los llamó (cuando formulaban o esbozaban pactos, alguno de los cuales ya se ha ido al traste) perdedores.
Y son esta gente que se resiste a aceptar su derrota ante un Mariano Rajoy que, en cambio, ha salido incluso reforzado de las segundas elecciones. Y estamos al borde de las terceras, fenómeno extravagante que demuestra lo malamente que "se ganan" el sueldo nuestros políticos.
La inquina de carácter casi personal que se ha azuzado contra Mariano no se debe tanto a su gestión como a un capricho estúpido de los envidiosos aspirantes fracasados. Por otra parte, implica una recalcitrante insolencia decirle al presidente que estorba, que sobra, sin más; afirmación que podría hacerse de los otros, y de forma menos gratuita.
Acorralar a este gallego, bloquear su intento de ser investido y dirigir el gobierno, acarreará más perjuicios (esquivada la multa de dos mil millones de euros que casi nos ponen desde la Unión recientemente, en el horizonte hay otra de seis mil cien) que ventajas, y evidencia la mísera arcilla de la que están hechos esos impotentes perros del hortelano que cacarean como una patética letanía quítate tú, "pa" ponerme yo.

martes, 2 de agosto de 2016

"La niña del jamón"

En la reunión de aquella noche, debí notar que estabas observándonos; pero yo, claro, estaba a otra cosa.
Era después de la actuación de un grupo, a la que fuimos invitados varios de nosotros. Y, a la salida, recalamos en un mesón especializado de esos que hay en Madrid.
Diez o doce a la mesa, lo que no sabías es que la voz de aquella mujer, sus ojos, me habían cautivado desde años atrás. Y que -- luego se vio -- esa noche era la noche en la cual se iba cumpliendo para mí un anhelo, un sueño, cuando salíamos, juntos y enlazados ya por la cintura.
Lo que sucedió en su casa más tarde, tuvo largas e intensas confidencias de una amistad que se estrenaba; pero también un gusto físico que no cabría negar.
Cuando tú y yo, un tiempo después, llegamos a ser tempestuosos amantes, recordando mi flirteo, mis maniobras de aproximación de aquella distante noche, no tan celosa (que nunca lo pareciste) como irónica, te referías a ella llamándola "la niña del jamón".
Qué lejos todo eso, ¿no?

 

lunes, 1 de agosto de 2016

Adelante

Se está aislando.
Cuando se reunió con amigos a los que no veía desde hacía años, percibió el matiz. Se contaban la vida, los quehaceres residuales. Citaban a los hijos, ya grandes, que habían salido de casa, en su mayoría, algunos para vivir lejos.
Notó las señales del tiempo en los rostros, en los cuerpos, en la melancolía (esa fue la palabra) con la que estaban recorriendo la actual etapa.
Se habló algo de política, algo de las modas imperantes (móviles, Internet). De algunos recuerdos compartidos y las ilusiones que se vivieron y que ahora parecerían filtrados por un brillante barniz de cierta y remota inverosimilitud.
Comprendió una vez más que posiblemente no había mucho que hablar, que decirse.
No era sólo su desgaste: también, y principalmente, la inseguridad, los miedos derivados del último año.
Tenía que analizar todo eso con detalle. No podía rendirse.
Ahí fue cuando recibió la llamada de Marsella, que ahora se había vuelto diaria.
Adelante.