sábado, 16 de noviembre de 2024

No se precisa mucho

 

Una modosa señal, una reflexión, ni tan profunda; una anécdota que se glosa ante el conocimiento general, extendido, que a cualquiera sin dificultad llega.

Con la actitud asustadiza que a los conversos aconsejaba el disimulo, en tiempos pasados -¿y no tan idos?-, los conejitos guardan silencio en sus madrigueras, incluso cuando no es impensable que, al plazo que sea, la correspondiente y personalísima inundación venga con “las peras al cuarto”.

Incluso cuando, alternativamente y en azaroso descampado, los sorprenda e inmovilice la luz de los faros de un automóvil que se los va a llevar por delante, qué lástima tardía, cómo íbamos a pensar que a nosotros también; incluso cuando, en el titanic que sea, ocurra que no había bastantes botes salvavidas, etc.

Si Almodóvar no anduviese en sus cositas, acaso filmara, para pasmo de espectadores, un documental que podría titularse, con permiso de la reminiscencia, “El temblor de los conejitos”, si Hopkins y la Foster se dejaran.                       

jueves, 14 de noviembre de 2024

Begoña dear

 

Leyendo previamente un papel en el que se redactaban “justificaciones” inservibles e inverosímiles, rebozadas en “balones fuera”, Begoña dear, te encastillaste en un silencio absoluto de minúscula e insípida esfinge que, con apariencia impermeable, escuchaba el repertorio riguroso de preguntas, en la Comisión de turno.

Cabe imaginar el mal rato, que no es más que una de las consecuencias del comportamiento -extravagante y otras cosas- que vienes ejerciendo desde tu condición especial, digas lo que digas, o lo que digan los demás, Raphael dixit. Un mal rato que ni el blindaje de la ambición y el cinismo, ni lo que se decía coloquialmente “más conchas que un galápago”, pueden disminuir, ese infinitivo que la cursilería de moda en los ordenadores ha transformado en “minimizar”, muy cerca ya de onomatopeya para llamar al gato doméstico, quien lo tenga.

Trance obligatorio, entre tus excursiones turísticas a la India, o la inminente al Brasil, etc., mira qué bien que Peinado te aplaza tu cita con él, según la “tele” hasta el 18 de diciembre, que falta más de un mes, se ve que hay un tajo agobiante en los juzgados.

Desmontada tu fantasiosa titularidad académica, no te faltarán asideros para que “no te pase ná”. Pero, Begoña dear, qué bochorno.                 

lunes, 11 de noviembre de 2024

Noviembre, otra vez

 Con encomiable y afectuosa cortesía me desearon un buen día de cumpleaños variopintas personas, en la jornada de ayer.

El detallazo es tanto más de agradecer cuanto que “mi mala memoria, que es notoria” se confiesa incapaz de retribuir puntualmente, y a la recíproca, estos gestos biennacidos, de los cuales me siento doblemente deudor y contrito de que, a la amabilidad de tales muestras, voy respondiendo sólo con estas líneas, bien que sentidas.

La cuenta de esta fecha, por otra parte, ha tenido carácter capicúa; y no es impensable pronosticar que también revista la exclusiva de ser la última que de esa condición me toca. Dios, el Destino, esas palabras, esas imaginaciones enormes lo decidirán.

Entre tanto, gracias de nuevo.                

viernes, 8 de noviembre de 2024

Como deslizándose

 

por un rápido tobogán, las noticias, los sucesos se superponen y parece que quisieran borrarse de uno en uno, de uno en otro. Los relieves del último asunto van diluyendo con apremio los del anterior, dándonos una falsa sensación que yerra la medida del tiempo transcurrido.

-Dice bien Vuesa Merced. Pues ¿acaso no parece sino que del lío del “Tito Berni” ya hubieran pasado 100 años? ¿De los manejos de Begoña/Koldo/Ábalos, etc. 50? ¿De las andanzas primorosas del Errejón, 10?

-Y ahora, la dana espantosa, sobre la que se precipita ya la victoria de Trump en los USA, con la inmediata descomposición que ello origina entre nuestros “progres” y aledaños…

-Imagínate, de tripas, corazón, que con el rictus falsario que adorna su máscara de trepa cotidiano, el mismo presiSánchez ya lo ha felicitado. Y a continuación se ha tomado un cocktail de Almax.

-Qué remedio.

-¿Algún alivio, siquiera menor?

-El estreno de “Jurado 2”, del maestro Clint Eastwood, quien nuevamente, con su proverbial sabiduría haciendo cine de calidad, nos deja más anchos que largos. Toda una garantía para espectadores y aficionados de verdad.    

miércoles, 6 de noviembre de 2024

A los ocho días

 

Quienes por esta vez nos hemos escapado de la ruleta de la muerte y la destrucción, estamos con los pelos de punta y el ánimo por los suelos.

Con lo que nos muestran por televisión, esa realidad que la catástrofe iguala con la guerra, es imposible hacerse cargo de cómo están, de cómo se sienten las personas allí.

Es como si no se fuera a resolver nunca, como si no fuera posible poner de nuevo todo aquello en pie.

Las declaraciones de los entrevistados por los reporteros -ellos mismos, consternados- que allí se desplazan son estremecedoras.

Para colmo, con crueldad absoluta, está habiendo pillaje, saqueos, incluso casos de especulación con según qué precios de lo más básico.

En el origen y en las consecuencias de este espeluznante desastre hay demasiados culpables y demasiadas negligencias y desahogos imperdonables.

Va a ser larguísimo y durísimo. Y como mínimo, convendrá tener memoria.

domingo, 3 de noviembre de 2024

¿Una estafa nacional?

 

Lo que está ocurriendo en estas jornadas terribles vuelve a poner de manifiesto la incompetencia fundamental y los serios inconvenientes en los que han derivado las autonomías. No es, ni con mucho, la primera vez: demasiados años de ese experimento ya han dado de sí; sólo que esta ocasión es de las más graves.

Repartir las “competencias” equivale a difuminar las responsabilidades, a debilitar la necesaria unidad de actuación, a multiplicar sin tasa los gastos inherentes al exceso de equipos humanos y materiales. Y dejan en escandaloso papel mojado la existencia, la utilidad de los ministerios. Las autonomías, “que iban a mejorar la gestión”, de forma llamativa se han vuelto un vivero de “enchufados”, de manejos discutibles de los presupuestos, según las ideologías, o los meros caprichos de una colección de mandamases que, para colmo, reclaman con celo institucional, aunque con variados estilos, la sagrada intangibilidad de sus atribuciones. Total, una casi trama con la que embaucar a los ciudadanos con unas supuestas ventajas que, sobre todo, sólo van sirviendo a los jefes y jefecillos. Se ha fragmentado el poder para ocasionar complicidades que dificultan, a la postre, la posibilidad de que el personal concrete las exigencias, más que motivadas, con ese laberinto de espejos que tiene tantas caras para dar, que ninguna la da por completo.

Reitero mi símbolo: una orquesta con muchos directores es un irremediable -y culpable- fracaso.

Simplificando, que no tanto: una finca requiere un administrador, no tropecientos. Si falla o es un redomado sinvergüenza, o incluso algo peor, como vamos viendo, se le expulsa y sustituye por otro, y así sucesivamente y que Dios nos asista. Pero ni cortinas de humo, ni balones fuera, joder.   

viernes, 1 de noviembre de 2024

Las ¿erratas? de los jóvenes becarios

 

Y mira que lo tienen fácil, con la ayuda inestimable de las maquinitas contemporáneas que ni estaban disponibles en la edición original.

Porque la cosa es que me envían gentilmente desde la Warner dos ejemplares como muestra/obsequio de la novísima reedición de “SEÑORA AZUL” de CRAG, conmemorando los 50 Años de su estreno, efeméride decidida por la disquera que mi pudor considera algo vanagloriosa, aunque bueno…; y cuya más notable aportación consiste en el “ocurrente” color azul que tiñe el vinilo.

Reviso, o curioseo, la reproducción de las letras de aquellas canciones, puntilloso que sigo siendo, y con especial motivo por pertenecerme la autoría de la mayor parte de ellas. Y detecto, por encima, inexplicables deslices, al cotejar esta edición presente con la primera. De los acentos ortográficos, las comas, etc. ni entro en ello. Pero

-En “Carrusel” surge un “palpitando” donde estaba, como correspondía, un “matizando”.

-En “Don Samuel Jazmín” hay ahora un “le” murió en vez de “se” murió.

-En “Nuestro problema” ha desaparecido “el hombre siempre “ES” solo”.

-En “Supremo director”, la nueva cosa arranca con un signo ¿ que no entraba en nuestros cálculos.

-En “María y Amaranta” dice “llenaste” donde debe decir “llenas de”.

 

Puede que algo todavía se me haya escapado. Pero la pregunta es: los jóvenes becarios, embelesados acaso con el sueño de una noche de verano, o con el amor de sus novias, ¿no discurren la posibilidad de fotografiar (o lo que se estile ahora) sin más lo que ya había en el disco publicado en 1974? Ello habría facilitado su heroico trabajo y habría impedido los despistes que cito.

(Por cierto, en el antecedente álbum de SOLERA se coló, en “El discípulo de Merlín”, un “aludir” que usurpaba, con falsedad en el sentido, el auténtico “eludir”. Ese error del becario -o como les llamasen entonces- y mi sofoco quedan para la Historia.

 

Y sí, ya sé que con la que está cayendo, éstas de hoy son cuitas de, si se quiere, mínimo relieve, meros escrúpulos de autor paranoico.

Pero os diré algo: el color azul puede ser tan “bonito” como el supermercado del chiste.