Esto siempre se ha recomendado, en el entendimiento
de que la debilidad es esencialmente negativa y a nadie conviene.
Y no obstante, padecemos en España dos o
tres pandas de saboteadores, tan faltos de lógica como sobrados de mala
intención, que están empeñados en romper la Nación en trozos.
(Porque la debilidad de cada trozo se
podrá manipular mejor. Porque los que roban ya saben que, por separado, robarán
más y más fácilmente en cada feudo, en cada reino de taifa, tal como ya vienen
ensayando – y consiguiendo – hace décadas.)
Lo sé hasta yo, soñador por libre,
semiácrata, músico en la cuerda floja de toda la vida. La unión hace la fuerza.
¿Y la debilidad, la mierda?
¿Serán cabras que, claro, tiran al
monte?
Y encima, desde el punto de vista
estético, suelen tener los típicos brochazos del lamentable aire cateto, la
obtusa forma acémila de embestir sin desmayo, en su cansino, y tan interesado,
propósito. Qué plastas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario