miércoles, 1 de julio de 2015

Discrepancia de "lo establecido"



Cuando los ortodoxos, esos fariseos, reprueban mi conducta y pretenden fustigarme con sus anatemas, porque me doy caprichosamente, o sea, con independencia, a mezclas “herejes” (como, por ejemplo, bourbon whiskey de 12 años con limón y burbujas, para bautizar el ibérico de veta contundente), yo permanezco impasible y continúo acatando SÓLO la inspiración subjetivísima del instante, esa gozosa tiranía, el antojo a toda prueba, la imaginativa amalgama que la vanguardia de un paladar intrépido puede llegar a sugerir.
Curiosamente, alguno de estos críticos cítricos*, son redomados mariquitas y, a la par, devotos del cerdo agridulce que sospechosamente les sirven en restaurantes orientales, entre sonrisas de ladina y esquinada cortesía que no determinan si la metamorfosis ocurre antes o después de los sigilosos y no verificados sepelios.
Cuando estas confrontaciones, estos desacuerdos tienen lugar, se activa mi neurona de Sagunto, Numancia, etc. Y tan campantes.

*(Esta intencionada y sagaz pirueta fonética la traigo otra vez de un bello aunque breve libro de Héctor Acebo, a quien me propongo visitar algún día en sus dorados y bucólicos predios. Que en ello Alá me asista.)

1 comentario:

  1. Es para mí un honor volver a aparecer en "Reflexiones del Hipocampo". Gracias, maestro Rodrigo. Aquí te espero, en mis "dorados y bucólicos predios".

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