Denominándola
con absoluta falsedad “canción”, la Radiotelevisión pública envía al mercadillo
eurovisivo una espasmódica coreografía, muy en los despreciables parámetros
vigentes, que prolongan la ruina de lo que era más o menos música ligera para
el entretenimiento y viene quedándose en convulsos meneítos de muy vista y ya
cansina y descafeinada sensualidad.
El
dinerín que se malgasta en esta astracanada maniobrilla, al menos es
insignificante si lo comparamos con el presupuesto brutal que se asigna con
despilfarro insolente al Ministerio de LesDaigual.
Y
metafóricamente, a lo mejor resulta que la tal Chanel a la tal Montero la deja “en
bragas”.
La
batalla interna entre los bandos de ese sexo, ¿es una guerra perdida?
-Cualquier cosa será posible; aunque
quizá la 3ª vía…
-¿Dices tú de Lari Basilio, etc.?
-Es que no hay color.
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