lunes, 7 de febrero de 2022

"El cojito"

 

Ya es día claro, ahora que es febrero

y encuentran sobre las ocho y media

puntualmente servido el desayuno.

 

No como a la tarde, que describen

-contra la puesta de sol-

en asombrosas, acompasadas evoluciones,

el ballet que dirige un guía

al que sólo ellos perfilan como tal

y al que secundan.

Son menos numerosos ahora que llegan

y sin necesitar orden ni concierto

descienden y se entrecruzan,

cada uno picoteando lo que puede

del pan de molde que para ellos troceo

a tabla y a cuchillo.

 

Los contemplo sentado, que es frase que resuena;

y aunque admito

lo indistinguible de su serie,

uno hay que ha perdido una pata

(quién sabe si en un lance de amor apasionado

a cuyo premio accedió, vencedor de una contienda entre rivales)

y que aterriza con un propio estilo

que imita sin conocerla

esa habilidad admirable del colibrí,

cuando permanece en el aire unos instantes

previos al objetivo.

(Lo mismo que esos helicópteros más modernos

que los ingenieros perfeccionan para la guerra.)

 

-Vaya.

-Eso.

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