13 de junio, ya te digo.
Cuando con claridad meridiana uno siente que, incluso en
sus irreverencias, por orígenes y preferencias más que por la ya edad, es un
clásico, y que cualquier Knopfler, Marvin, Clapton o incluso B.B.King son
mejores que las irisadas disenterías de Brian May (sin ser éste de los más
desparramados)…
uno concluye que:
al manifestarse con insidiosa incomodidad el primer
levante del llamémosle verano (con todo lo que queda, vaya), que al decir de
los chiclaneros suele, al viento me refiero, acudir con puntualidad a la cita
de la feria local…
uno decreta, como si el Senado de la Roma Imperial
investido lo hubiera a uno de la máxima e inapelable autoridad, suspender en el
presente día toda actividad, con la excepción de la Voll-Damm y posponer sin
compromiso alguno las iniciativas, no tantas ni tan graves, anyway*,
que podría haber puesto lánguidamente en marcha a
13 (también es coincidencia) de junio de 2014.
* Este palabro foráneo, acaso haga las delicias
de los bobitos que andan chamullando en inglés para así creerse más altos e inteligentes y terminar escribiendo en esa
abstrusa lengua las insípidas letras de sus deleznables canciones porque, pese
a ser de Albacete (tierra de cuchillos) o Mallorca (tierra de ensaimadas), por
ejemplo, su complejo los hace derivar hacia tamaño dislate, desdoro, puede
decirse también inconsecuente, humillada y resbalosa actitud de inestables
mentales.
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