Son esos "jetas" que dicen que actúan según el mandato del pueblo soberano, manifestado en consultas; que, por cierto, han planteado con chocantes ribetes de ocurrencia sobrevenida, de fraude y de tomadura de pelo.
En realidad, apenas representan (y ello, después de la manipulación y el machacón lavado de los cerebros) a menos de la mitad de la propia población de su comarca, y habiéndose hurtado el derecho, qué casualidad, a opinar, decidir, manifestarse a los muchos millones de personas igualmente concernidas aunque excluídas de forma artera y artificiosa.
El tal mandato no parece otra cosa que un mero encargo separatista que esos mismos jetas han ido construyendo con la obstinación laboriosa de unos delincuentes que se disfrazan de profetas iluminados: "moiseses" de la señorita Pepis. Fabricantes unilaterales de un conflicto forzado al que ahora se debe atender y al que hay que buscar una solución, al decir de los hipócritas y de los nadadores entre dos aguas.
Un "encaje especial".
¿Por qué, porque son más altos, más guapos y más listos? ¿Porque, con esas ansias por la discriminación y por las caprichosas y arbitrarias desigualdades, flor de demócratas, nos van recordando (qué chungo) a los tan denostados nazis?
Panda de embusteros, no me caen bien. Se parecen a aquéllos de los que decía Quevedo que "mienten de puntillas para sobrepasar a los demás".
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