lunes, 10 de abril de 2023

Dragó cae

 

Esto es lo que hay.

Con cada nueva baja, más insoslayable la evidencia.

Para quienes, hasta donde es posible, han/hemos seguido sus escritos como vía para conocerlo, la persona y su pensamiento, son indudables sus relieves: la pasión por la vida, las experiencias, la curiosidad inagotable por investigar asuntos diversos, el carácter polémico y la notable independencia, todo ello llevado de continuo a un límite que parecía no tenerlo.

Caudaloso crítico y conversador inteligente y devoto de la palabra, agotaba los desarrollos de cada tema que lo sedujo (filosofías exóticas, tauromaquia, política, el sin fin de resortes que pulsó); sabio de muchos saberes, hasta coqueto a sus horas, sus jóvenes y no tanto décadas de escaramuzas se asentaron y aseriaron en la profundidad de una madurez que ha coronado guapamente con ese mínimo apunte postrero con su gato, cuyo instinto quién sabe si presentía una despedida que era inmediata ya.

A este hombre ya no le estorbarán los ruidos. Eso también ha sido una buena muerte.     

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