Esto
es lo que hay.
Con
cada nueva baja, más insoslayable la evidencia.
Para
quienes, hasta donde es posible, han/hemos seguido sus escritos como vía para
conocerlo, la persona y su pensamiento, son indudables sus relieves: la pasión
por la vida, las experiencias, la curiosidad inagotable por investigar asuntos
diversos, el carácter polémico y la notable independencia, todo ello llevado de
continuo a un límite que parecía no tenerlo.
Caudaloso
crítico y conversador inteligente y devoto de la palabra, agotaba los
desarrollos de cada tema que lo sedujo (filosofías exóticas, tauromaquia,
política, el sin fin de resortes que pulsó); sabio de muchos saberes, hasta
coqueto a sus horas, sus jóvenes y no tanto décadas de escaramuzas se asentaron
y aseriaron en la profundidad de una madurez que ha coronado guapamente con ese
mínimo apunte postrero con su gato, cuyo instinto quién sabe si presentía una
despedida que era inmediata ya.
A
este hombre ya no le estorbarán los ruidos. Eso también ha sido una buena
muerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario