¿Para
caer simpático, colega? ¿Para ir untándolos en la pringue aprendiza de la
subvención y la ayudita? ¿Para que la inmediata mayoría de edad, de próximo
cumplimiento, incline unos miles de votos favorables?
En
qué poco se os tiene, garzones, cuando el detallito iniciático consiste en sólo
400 euracos, a gastar en “actividades culturales”.
“A colocarse y al loro”, predicaba Tierno el fresco, fauno de
postrimerías encandilado con el estuario (que no canalillo) de la Estrada. De
eso hace ya mucho tiempo y nadie habría sido capaz de pronosticar que a tanto
llegaría la degeneración presente.
Ahora
a los jovenzuelos se les anima a no estudiar ya que no habrá exámenes que los
filtren.
Y
a gastarse los 400 en actividades culturales que acaso den preferencia al reggaetón,
y que se evaporarán rápido, con lo canija que es la limosnita.
Pero
a los barandas todo les parece el chocolate del loro. Aunque tenga proporciones
y tintes de chapapote cuya inundación no habrá presupuesto que la limpie.
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