Ni
con los italianos, los franceses, los portugueses, con lo vecinos que éstos son.
Para
gozo y solaz de los eventuales lectores de este “blog”, quiero usar
deliberadamente una de esas expresiones “felices” que tanto se van extendiendo
y nos van aburriendo con prodigalidad:
“Me llama poderosamente la atención…”
la
bobería papanatas con la que nuestros programitas de la “tele” nos informan,
nos detallan lo mal que los súbditos británicos, pobrecitos, lo están pasando
con los calores que este año los han tomado desprevenidos, faltitos de
costumbre y poco adaptados a las temperaturas de estos meses.
No
sé, me dio por imaginar si el interés de ellos por nosotros es equivalente o
-lo más seguro- si la flema y el desdén que los caracteriza no les alcanza sino
para venir de vacaciones y emborracharse
a conciencia.
Tal
vez debieron consultar en Gibraltar (Andalucía) que es lugar que sí entiende lo
que es un verano profesional.
Y
cuya improbable (ya los conocéis) devolución es lo que en primer término me
interesa de esos piratas, y no mucho más.
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