No se parece mucho a Atlantic City
el panorama familiar que veo
de esta costa de aquí, junto a Chiclana.
Y con todo, es esta misma mar
de las siete de hoy por la mañana
la que conviene para navegar
y divagar en medio del paseo.
Puede ser que esta brisa repentina
que borra “la caló” de varios días
me sirva de pretexto y la rutina
consienta ilusas escenografías.
¿Qué no hay casinos, mafias a la vista?
Pues no sé qué te diga,
con toda la política y su miga.
Y que también abundan los bañistas
que es lo normal tratándose de playa.
¿Y por qué en la pantalla
no asoma ya la Sarandon morosa
lavándose de forma deleitosa
-y también armoniosa-
tras el trabajo en la pescadería?
Lo que os digo, no es Atlantic City
el espejismo que veo este día.
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