miércoles, 2 de marzo de 2022

"Incompatibles como el buen dormir y la cocaína"

 

Difícil, y eso, siendo Hipocampo, identificar en el internete si es bogavante o langosta el coprotagonista (felizmente, en la inesperada carambola de aquel percance, “absuelto” del temido destino en la sádica olla con agua hirviendo) del bellísimo naufragio del Titanic, tan de nuestra predilección, recreado en el videoclip* de Dua Lipa.

La canción “We’re Good”, redonda por los cuatro costados que su círculo perfecto impide, es de engancharse. Melodía de varios fragmentos diferenciados, con un verso o frase que se abre de repente en voces de inmediata, automática resonancia a Beatles, al “More than words” de Extreme, de sentida recordación: es la onda resplandeciente que desencadenan las neuronas en busca de la endorfina o lo que sea que busca “el paladar del oído”.

 

Hay un trono en la corte de las sirenas que Ulises escuchaba. Bien pudiera ser que Dua Lipa -cariátide en versión Blade Runner- con la seductora gama grave de su voz, con el abanico espléndido de sus recursos, se haga con ese trono.

 

*Recamado de atinados detalles: la pequeña orquesta “comme il faut” que ameniza lo que será la última cena; el momentáneo guiño delicioso de la cantante; la impostada sonrisa “profesional” del camarero, conectada a conveniencia, apenas franquea la puerta de la cocina, llevando en triunfo el manjar que el comensal ha seleccionado antes con mirada libidinosa y devorará luego en la mesa con glotona sensualidad; hacia el final, la dulce penumbra del salón, a punto ya de inundarse, el mar entrando por los pasillos, recibiendo para siempre el inclinado escorzo del transatlántico más hermoso de la historia…           

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