Incluso
los más escarmentados, los escépticos profesionales, los veteranos conocedores
del adagio que reza que “no se puede decir
¡ZAPE! hasta que pase el último gato”, habrán de rendirse ante esta táctica
eficacísima con la que, una y otra vez, se nos pilla a traición, todavía (hay
que ver) desprevenidos.
Porque
para que lo inesperado toque a Vuesas Mercedes de nuevo, ahí asoma “Hentai”, de
línea esquemática, fragmentaria y bella, condensando atrevimientos que aspiran
a una iconoclastia menor y a la que SÍ cabe el reparo de tantos autores
mancomunados para una letra que desde luego no constituye -quizá ni lo
pretende- un prodigio literario sino un poco de jerga entrecortada para sugerir
pequeñas sensualidades que juegan a un “rebujito cocktail” cuyos ingredientes
aparentan, y sólo eso, ser inocentes descaros y calenturas.
Pero
resulta que es una canción notable que por instantes remite (no lo van a creer)
a camuflado vals y tres por cuatro; y provista de gran independencia en el
arreglo de libérrima percusión a ráfagas de metralleta.
La
ya proverbial puesta en escena de los generosos videoclips que a Rosalía
ensalzan, vuelve a subrayar el nivelazo sin límites visibles que consagra la
carrera de esta asombrosa astronauta de la música popular y sus propuestas más
vehementes.
Con
una carga de amor a todo trance y trucos en la voz, tampoco se pierdan “Como un
G”, de esta misma brava cantaora.
Observad:
estamos yendo a otro mundo.
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