jueves, 15 de julio de 2021

Homenajes

 

A los sanitarios, a las Fuerzas de Seguridad, a las víctimas.

A unos por el mérito, la abnegación, la responsabilidad rayana en heroísmo. A otros por el sufrimiento. Y así.

Conque, no faltaría más, corresponden los homenajes. Sin ambages.

Lo que me incomoda, lo que ya me disgusta es que tales homenajes empiezan a menudear cargados de vanidoso lucimiento institucional, de retórica manoseadora de palabras que se van vaciando a fuerza de repetirlas, de guiños a la sensiblería popular, de autocomplacencia maniquea, adoptando poco a poco un cierto aire de muy inoportunos juegos florales donde lo que no se encuentra es el auténtico respeto de la sobriedad, el adecuado silencio y el verdadero propósito de que no se hagan, como se han hecho, tantísimas cosas mal.

 

Que no se note tanto la urgencia de desviar con “gloriosas” efemérides casi inmediatas la atención que con dureza debiera recaer sobre la gestión desastrosa, el perjuicio público y la escandalosa ineptitud de los figurones.

Que no baste con pasar página y aprender de los errores: sus causantes deben ser señalados con rigor y sancionados debidamente.

Que se procure, con hechos, eliminar de nuestro corazón cualquier sombra sospechosa de que nos están conduciendo de alevosa manera a volvernos un país de cartulina.

 

Que te duela como a mí.

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