En el álbum, único e inédito, del grupo que con Ortuño y otros colegas diseñamos, tiempo ha, y que bautizamos de modo pomposo y aventurero El rumor de la tripulación, figuraba esta "MULATA SOLEDAD" de hoy. Otro intento también la dejó en espera sine die en los estertores de postrimerías de aquel delirio que llamaban CRAG.
De condición cálida y tropical, añorantona del Caribe, no reniego de su paternidad, de su música; ni de su letra que, aquí y ahora, para vosotros, surge así:
Va moviendo las caderas la mulata Soledad:
de verdad que enciende en mí la borrachera.
Un turbante en su cabeza, un pañuelo de color
la corona de africana realeza.
De la playa al malecón, bajo el sol que la acaricia,
mi deseo crece al son de su malicia...
La sonrisa se le marca con burlona perfección,
que por poco si me caigo de mi barca.
Equilibrio de bandeja: redondel rimado con
esos aros que le adornan las orejas.
Vendiendo mangos, vendiendo piñas,
te compro todo lo que tu vendes, querida niña...
(Seguía, y sigue, en esa línea, con alguna estrofa más que queda pendiente quizá para otro día.)
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