que Canal Sur TV ha realizado del regreso de la Macarena
a su templo, la mañana del Viernes Santo, se han interpretado por la banda de
música de turno unas marchas procesionales que creo desconocidas, o tirando a
inéditas.
Que no es mala idea renovar el repertorio de estas piezas
para mitigar algo del mucho amaneramiento y de la excesiva reiteración de las
clásicas, de “las de siempre”.
Pero si las obras aspirantes al relevo carecen de
inspiración y abundan en tan numerosos como indefinidos y desvaídos motivos,
pasajes, líneas melódicas, con zurcidos y yuxtaposiciones forzadas, en vez de
fluidas, el propósito quedará en muy sonoro y vistoso patinazo.
Huele a ganas de cobrar derechos de autor; a influencias
de “enterados enchufados”; a expresión de la mediocridad contemporánea y a
epidemia al uso.
Conste que no me han gustado el lado ingenuo, el lado
fanático, la autocomplacencia localista ni la interminable saeta de la morenaza
Jiménez, plantada en el balcón a la entrada, interpretada con un modo tan ya
mediático y tan hiperbólico como su asombroso atuendo, ejemplo preclaro de un
eclecticismo que fluctuase entre la lencería luctuosa y las tendencias más
sicalípticas de una odalisca desorientada; injerto, pulso problemático de
encajar en la coherencia litúrgica.
(Será difícil sostener que nuestro cristianismo ninguna
herencia debe a ritos anteriores de Persia, India, Mesopotamias diversas. Y que
no estamos, cristianos y paganos, entreverados de modo casi indisoluble, a
través del tiempo que sigue su curso, riéndose de nosotros, esta escoria de
paso que apenas somos.)
En cambio las imágenes bellísimas, la asistencia de
público, el infalible nudo de emoción y tradición me hacen pensar que tardará
en llegar, si es que llega algún día, esa especie de España descafeinada y
laica, incluso atea, homologada con las inanes soserías de plástico que inundan
el planeta y que tanta ilusión y fascinación crean en los cosmopolitas “moernos”, en los rojeras iconoclastas, en
los “adelantados” del gélido futuro bañado en el cloroformo de la tecnología.
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