Que le gustaba mucho mi música pero que 20 euros le
parecían mucho dinero como precio de mi reciente CD.
Le señalé que el álbum contiene 20 canciones inéditas; y
que eso equivale a 1 euro por canción. ¡Inédita!
A mi pregunta de cuánto solía pagar por un vulgar café
recalentado, servido en taza de dudosa limpieza e ingerido de pie en la barra
de un bareto corriente, contestó, cobardeando en tablas, con una especie de
balbuceo evasivo, un sí es no es gutural.
Yo ahora planteo algunas conclusiones:
1ª: hay gente que se ha acostumbrado a parasitar,
choricear, chulear, piratear (hay más infinitivos oportunos), llevarse de gorra
o por la cara el trabajo ajeno.
2ª: hay gente que, directamente, no se merece las
canciones. Ni las mías ni las de nadie.
3ª: la proverbial picaresca española y la brutal
facilidad de Internet han creado un binomio formidable. Para ir poniendo orden
en sus desafueros, seguramente todo lo que se necesita, a falta de educación,
sensibilidad y respeto, es un palo muy fuerte, y todo lo duradero que se empeñe en durar la picaresca antedicha.
La misma que da origen a la redomada y salvaje frescura
de nuestros numerosos y cínicos corruptos.
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ResponderEliminarY además habría que añadir el concepto de amortización. El café te lo tomas una vez pero el CD lo puedes escuchar cuantas veces quieras. Habría que dividir el coste de cada canción, un euro, por el número de escuchas. En mi caso, desde que lo compré el pasado verano y gracias a la estoica paciencia, a veces no tanta, de mis hijos, el coste de cada canción tiende a cero con una rapidez vertiginosa
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