Demasiado encierro en la guarida del ermitaño. Preparando las próximas sesiones médicas, hoy me doy una vuelta por el centro.
Merodeo, o deambulo, atravieso el Iro por una de las grandes pasarelas que ahora, en esta primavera adelantada de la Mar Océana, mantienen profusamente ornamentada con jardineras de flores. Observo, parsimoniOSO.
Algún imán tira de mí y me lleva a pasar por delante de la mercería de los "tuneados". Luego, desocupado, consciente de que no es ni de lejos la época, entro en una tienda especializada y pregunto el precio de uno de esos cochecitos para bebés que actualmente fabrican, con creciente diseño y ruedas excepcionales, casi de Fórmula 1. Como Irene no se atreva, no llegaré a ser el abuelete cada vez más clásico que ahora se toca con alguno de los sombreros de su recien adquirida colección.
Más adelante recalo en el Sanatorio original, el del casco antiguo, la añeja bodega de los marineros que otros y yo fuimos en San Fernando. Ya sé, una pequeña trampa, pero aún controlo. De fondo, suena Calamaro/ flaca, no me claves tus puñales por la espalda...
15:00 "Al regresar hacia el aparcamiento", que encuentro en un desolado e insólito vacío, el Z3 es el único que permanece sin desertar, con ese perfil suyo de fina estampa. Salgo, pues, en cómoda contradirección, "introduzco el ticket", descarto la opción A (café de Isadora, demasiado pronto de nuevo en el encierro) y elijo la B (café en el Bar Flotante del viejo Sancti Petri, junto a las gaviotas posadas en el agua, no lejos de las barcas de los pescadores). Más gente de la que me esperaba. Eso limitará estas reflexiones de hoy a este solo, a solas con su café solo.
16.30 A decir verdad, chándal y pantuflas, como en casa, no se está en ninguna parte.
Querido amigo: El abuelito de Aluche siente algo de envidia sana pues he tenido un domingo diametralmente opuesto al tuyo. Nuestra nieta de dos años ha arrasado con las energías de los "abu", aunque tenes la satisfacción de cierta sonrisa picarona y ese abu en estéreo...impagable.
ResponderEliminarNo te desanimes pues Irene no será ninguna excepción y cuando no lo esperes..sorpresa. Mi nuera y el cabra de mi hijo lo fueron a los 40/36 con sus riesgos y con toda la ilusión.
Es un sentimiento muy hondo que la RAE no puede describir.
Y aunque no te veas cambiando pañales y jugando a cosas inimaginables....llegando la ocasión sé que te harias con los mandos Seguro.
Salud y un fuerte abrazo.