Yo te ruego, Señor, que no se extienda
esotra perversión contra el lenguaje
de confundir el género del acta
si Puigdemont regresa del viaje:
que tus fieles, Señor, no se despeñen
por el barranco hondo y discordante
de creer masculino el sustantivo;
que es femenina el acta y sólo a efectos
de que una y otra A se rocen, feas,
se decide que en el singular sea
EL acta; y se recobre en el plural
el pertinente artículo de LAS,
que a su prístino género responde.
Que se resienten, sufren los oídos
con este manoseo malnacido
y el descuidado estilo que entre miembrAs
y portavozAs, ay, nos ha cabido.
Pionono opina que privar a la palabra en cuestión de su género femenino es un infame ataque del heteropatriarcado. Y, por si fuera poco, sugerir que sea feo que una y otra A se rocen es un intolerable ataque a la diversidad sexual
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