Se me quedó mirando con la expresión inerte, algo impermeable y distante, bovina e irresponsable del funcionario o funcionaria que, aunque en ese momento sea la cara visible de la Administración, no va a implicarse en ninguna incomodidad o perjuicio ocasionado a las víctimas que a menudo somos los ciudadanos, usuarios y, vaya por Dios, contribuyentes. Porque, claro, sólo trabaja allí.
La gestión prevista, que con diligencia fui a hacer en Correos, no era posible por el fallo "a nivel nacional" -- dijeron -- de la aplicación informática correspondiente.
Y por supuesto que, entregados a la mierda de las maquinitas, no existe más alternativa que doblegarse y rellenar con absoluto escepticismo una hojita de reclamaciones que seguramente será estéril, risible, inoperante ante los crueles tentáculos de ese Kraken, de ese monstruo que nos maneja, dizque velando por las numerosas facetas de nuestro "bienestar", mientras nos sangra los bolsillos y la paciencia.
Que me llamarán por teléfono cuando sepan solucionar el problema, fijo que "a nivel nacional" y fijo que la gasolina, el tiempo y el "parking" malgastados corren de mi cuenta, imagínate.
No cambia.... eso no cambia "mijito"... Desde Mariano José de Larra hasta nuestros días, la máquina burocrática siempre nos aplasta, cuando funciona, y cuando no funciona.
ResponderEliminarIgnacio Borrego Polanco
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