A media luz hoy, el "parking", ese vocablo ajeno (los domingos, libre del antipático pulso, siempre inquietante, con la "maquinita" de turno para el pago automático, ese chisme más que odioso), y un desusado ruido de críos, cuya explicación me da el empleado ya casi amigo: es el estreno de "La Bella y la Bestia", presente versión de aquel clasico de Disney, años atrás, muchos ya, con Irene.
Yo asisto al pase de "Redención". Los "entendidos" y los "exigentes" podrán decir que es otro film de boxeadores, con argumento algo previsible y deliberados momentos "sentimentales". Pero cuando la cartelera de Cádiz no es prodigiosa y Ud. no quiere caer en las trampas gansas, las chocarrerías o, alternativamente, en las presuntuosas ambiciones del cine que luego premian autocomplacidos figurones seudoprogres y contestatarios de los GOYA, puede acogerse a esta opción que para nada es menor.El otro único espectador y yo ni siquiera nos estorbamos.
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