Vanesa Martín

No lo dejo más.

La gente dice duende y dice magia. La gente dice encanto.

Y yo que soy tan suelto de palabras, Vanesa, no me atrevo a decirte casi nada, por si me fallan el arte y la precisión, por si me quedo corto, o me desvío.

Lo único, que tantas notas tuyas, tantos sentimientos tuyos, y tus acordes guapos, los quiebros de tu voz en los versos que escribes…

(uno se cree que el tiempo le ha hecho crecer aquella armadura del cínico guerrero que en las “Canciones de amor y sátira” de 1975 ya confesaba tener un punto vulnerable. Y no; porque en tu redoma apasionada y valiente se destila el dardo ad hoc, se dispara el resorte que, relativamente satinado bajo el paraguas de tu joven sonrisa de chica lista, nos suelta las lágrimas)

… de tal manera me conmueven y tocan que concluyo que eres un resplandeciente caso aparte.

Gracias por el talento que andas ofreciéndonos.

P.D: se me ocurre consultar en Google. Y resulta que eres (¿por qué no me sorprende?) escorpiona. Un augurio, quizá no muy aventurado: has nacido para la sensibilidad y el combate; entre gozos grandes y no menores sufrimientos, todo tu tiempo será búsqueda. Me da que ya lo sabes.