-¿Y tú eres de los que todavía sostienen
que “el buen paño, en el arca se vende”?
-Proverbio clásico, donde los haya.
-¿Y?
-No se me oculta que, contra ese delicado
y quizá archivado axioma, los tiempos que atravesamos son los que se caracterizan
por el ruido, el atropellamiento y la masificación. Y que el propósito general
es que hasta la más insignificante y ridícula anécdota se propague a los cuatro
vientos. A eso va tendiendo el rebaño, nada nuevo por cierto en su
inconsistencia y sus más enanas vanidades y vacuidades.
-¿Y no te parece de poca utilidad y
remotos resultados el mensaje en la botella, otro clásico de los náufragos?
-La utilidad es distintivo de los
mercaderes, claro que sí. Pero la vida real, y la que también queremos que sea
y es, contiene heroísmos y romanticismos que ya van siendo manjar poco al
alcance de los paladares más contaminados por la vulgaridad.
-Y ahora que tanto se habla de “tendencias”,
esa opción o ilusión tuya, ¿será viable, sobrevivirá?
-En el empeño, puede que todos quedemos
retratados; empezando, en ese retrato, por los que incluyen en sus seudocanciones
basureras el infinitivo “chingar” y otras lindezas, se ve que, por su condición
de homínidos, los “inspirados” autores no pudieron ir a un colegio de pago.
-Eso.
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