Visto
que, de manera creciente, la mentira, la indecencia y las más puercas maniobras
envuelven el comportamiento de la mayoría de nuestros “des-gobiernos”;
Visto
que los políticos al uso rara vez superan la cota de semienanos;
Y
ya que no es fácil que el elector pudiese aprobar POR ENTERO NINGUNO DE LOS
PROGRAMAS (que además suelen incumplirse con la máxima desvergüenza) de ninguno
de los partidos…
¿No
convendría decantarse por el equipo que, al menos, demuestre mayor firmeza? ¿Más
coherencia? ¿Menos temblores y titubeos?
Con
el panorama que tenemos, quizá nada se pierda.
O sea, PODEMOS?
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