Si
te parece idea luminosa
ser
arrimada al sol que más calienta,
lo
que olvidas con ese tienta-tienta
es
la parte que tiene, indecorosa,
y
que, fijo, te pasará la cuenta.
Para
aliarte con AlíBabá,
a
tus añitos no eres tan novata:
¿no
es escaso el maná
a
cambio de meter tanto la pata
dando
bandazos de acá para allá?
Tu
menguante caudal de seguidores
no
sabe ni a qué santo encomendarse;
medrosos
están ya tus paladines,
demudados
de rostro y de colores,
reacios
a adentrarse
en
semejantes lóbregos jardines.
Y
mira que lucías
tan
compuesta, limpita y pizpireta
que
muchos te compraron el mensaje.
¿Y
hoy no piensas que para ese viaje
sobraban
tus alforjas de veleta?
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