sábado, 27 de marzo de 2021

Soliloquio

 

¿Es por tanto silencio

que a veces habla solo?

 

Si, fregando los platos

del impar desayuno,

con algún gesto torpe

se siente inoportuno,

no echa la culpa al gato

(al gato que no tiene)

sino a una distracción

de mente o corazón

que quizá no conviene.

Y suelta un comentario

de cónsul honorario,

cualquier interjección

o casual palabrota

que suena a “déjà vu”

o día de la marmota.

 

¿Son señales de aviso

de la atención que huye,

de menguados reflejos

a los que de improviso

-sin pedirse permiso-

el motivo atribuye?

 

Es verdad que no ayudan

el largo abatimiento

del virus carcelero

ni su deriva ruda

que aquieta el sentimiento

y el viento “pa” el velero.

 

-Mientras que sólo hables…

-Y que no sea en bable…

-Tienes el día gris.

-¿A que “sís”?

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