Yo no sé si le dieron, de chaval,
unos tembleques, una alferecía
de modo que quedara su caletre
(de metrosexual o petimetre)
definitivamente insubstancial.
Pero este barrizal en que nos mete
con cada "fantasía" que dispone
ni siquiera lo limpia y lo compone
la sin igual Lejía los Tres 7.
¿Qué le ocurrió? ¿Fue un golpe en la cabeza
lo que sembró su mente de torpeza?
¿Por qué el destino aciago nos aflige
con este jefe lila que nos rige,
vanaglorioso de sus desatinos
y sus dislates de tonto supino?
Como Simbad, subido en su alcatifa,
se ha trepado al sillón. Y en los desfiles
deambula como un correveidile
acaparando cuantas papeletas
de memo hay en el bombo de la rifa.
Jamás su noche nos será entreclara
sino turbia y menguada,
y acorde con lo duro de su cara.
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