(si ello era posible) la predominante línea de sopor y decadencia que caracteriza a nuestros dizque "representantes" en Eurovisión, la insulsa, gazmoña y descolorida parejita de este año hará sin duda las delicias de un público para el que tenemos palabras, aunque piadosamente vamos a omitirlas.
Es tan grande nuestro desaliento que quizá salgamos huyendo a tiempo cuando les toque exhibir su virtuoso talento durante ese festival que, con intérpretes así, está cada vez más destinado a disolverse entre el descrédito y una creciente imbecilidad.
Hasta las capas de paño de Béjar, de muy merecido prestigio, tendrían dificultades para combatir tanta frialdad y tan trivial y redomada tontería.
Ese, ese es para Pionono el fondo del problema: "un público para el que tenemos palabras, aunque piadosamente vamos a omitirlas". Sosiegue un año más Vuesa Merced
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