Todavía (bajando los peldaños de la escalera, a la postre inútil, que iba a colocarla en la consecución de sus criminales objetivos y sus propósitos totalitarios) anda esa gente poniendo teatrales parches de cinismo, de declaraciones capciosas, sesgadas, plenas de intención tendenciosa, en sucesivos comunicados que anuncian cosas tardías y cuya credibilidad parece escasamente garantizada.
Fanfarrias de heroísmo falso, luces caprichosas de vanidoso autobombo protagonista, regateando con cicatería mafiosa los reconocimientos inexcusables y escondiéndose, con la inversa cobardía de los matones, tras las boinas, los rancios puños en alto y las mortíferas máscaras blancas que ocultan la "boca pequeña" con la que nos sueltan los, por ahora, últimos embustes.
Va a ser difícil creérselo, con tanto daño acumulado y tanto tonito redicho/velado, de advertencia.
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