domingo, 2 de abril de 2017

Los inconclusos giros de la noria



(Evoco hoy, de tanto tiempo atrás, un presagio que se resolvería con más surrealismo que otra cosa. Ahora lo matiza la niebla confundidora del recuerdo.)
  
Chiclana de la Frontera, 21-IV-2004

Por aquí abajo, lejos de tu guerra,
como un presentimiento palpitante,
Carlos Núñez y su “Almas de Fisterra”
me dan sus aires celtas, anhelantes.

Escribo ahora y faltan varios días
para iniciar esta visita extraña;
quizá adivinará tu lejanía
por qué decido atravesar España,
pensando si soñé lo que he soñado
estas noches pasadas:
que el hilo mágico de un son sagrado
de tus labios llegaba
con un viento suave
y algo de lluvia fina,
de caracolas y de aguamarinas.

¿Qué profecía hermosa
formulé sin saberlo, hace diez años,
en un texto de Verde Veronés,
sobre tus pechos, nieve blanca y rosa,
fino puñal extraño,
que viene a herirme ahora, tan después?

¿Qué significa esta señal de plata?
¿Renovarás tus dulces seducciones,
tus no veladas insinuaciones
con las que, en plan de gata,
la vez tercera que frente a mí estabas,
mimosa, me halagabas?
¿O habrá de recibir mi amargo sino
nuevos desdenes, nuevos desengaños
que ahogar en ancho caño
de albariño ambarino, de “bon vino”?          

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