El gato escaldado, del agua fría huye. (Ya os tengo
advertidos de la referencia frecuente que me proporcionan los refranes.)
Así que anoche, presintiendo que la entrevista sería tan
anodina como de costumbre, me entretuve con cualquier otra cosa.
Y hoy, no faltaría más, todas las emisoras me han servido
en bandeja, con mediocre machaconería, fragmentos (“totales” los llaman, panda
de cursis) de lo poco y desvaído con lo que se manifestó el registrador, aunque
también es verdad que la entrevistadora, por muchas medallitas de “periodista”
brillante que se y, con peloteo, le pongan, tira a fría, plástica, adocenada
y más ruido que nueces, como todas (y todos: qué contentos estamos).
Ella buscaba, con torpeza rutinaria y visible escasez de
recursos, uno de esos obvios y previsibles titulares, presuntuosamente
aspirantes al Pulitzer; el otro, veterano resabiado y gallego, a mayor
abundamiento, cobardeando en tablas, ya sabía que no iba a soltar nada que no
le conviniese.
El deprimente pasmo de todo esto es que (no hace tanto
como para que se olvide), hartos sobremanera los votantes de las cagaditas
zapateriles, concedieron a Mariano una mayoría tan numerosa que habría podido
corregir mucho de lo que andaba mal; y, en grandísima medida, nos ha
decepcionado.
Mala suerte, estos tiempos enanos que nos han tocado.
Me molesta enormemente el uso tan frecuente de la palabra Totales, cuando el termino a usar sería Parciales, ¿no?. Cursis, además de chulitos y analfabetos. De la entrevista, mejor no hablar aunque fue muy ilustrativo el compadreo y la familiaridad del entrevistado con la entrevistadora a la que tuteó (...querida Gloria...) de forma reiterada.
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