En
animus iocandi solamente
(que
es como el SÓLO que el acento lleva),
ayer
en este “blog” se señalaba
la
omisión de una “C”. No es cosa nueva,
que
el alcalde de Vigo, el luminarias,
y
Pepín Blanco, que el olvido ampara,
ya
fueron pauta, alegoría clara
de
esa “tendencia”, nada arancelaria.
Acodado
en la banda
de
babor o estribor, súbitamente
un
vigía se asoma por Yolanda,
a
defenderle el habla, mayormente.
Y
por tranquilizar esa conciencia
que
se apura en pruritos de censura,
a
ese objetor se extiende esta cadencia:
Declaro
sin ambages
que
del oficio de escritor son gajes
que
pueden ocurrir a la estructura;
y
así mismo declaro
que
dudo que haya oído más sensible
que
el mío al dulce arrullo de Galicia,
tibia
y tierna caricia.
Mas
no con ello se vuelve plausible
el
difuso objetivo de Sumar
que
Díaz nos pretende encasquetar.
Hasta mañana, si Dios quiere.
Olé Don Rodrigo....pa'ponerle música!!!!
ResponderEliminarMi admiración