martes, 5 de octubre de 2021

Un almuerzo por la costa

 

El cómputo de las fechas lo enderezaba Lady Taladro: desde marzo del 20 hasta ayer, un considerable número de meses habían transcurrido para esta nueva reedición del encuentro (“La Escollera” mediante) entre el Comodoro y el Hipocampo.

Sobrevivientes a la pandemia y a algún otro percance malhadado, no digo yo que no pase el tiempo por nosotros. Y con todo, persisten por fortuna (a despecho de esta época de tropezones) el lazo marinero, la fluidez de un trato de más de medio siglo en el que, por mucho que parezca que “no nos ha cundido”, ninguna andanza compartida se torció.

Más de medio siglo de una tan respetuosa como respetable amistad, de la que no pueden ser ajenos el origen y ciertas afinidades. Ahí vamos, para lo que reste.                                                                 

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