Lo que sería “raro, raro, raro”
(como Papuchi, un día, dizque dijo)
es que no te cayera un abucheo
por ser tan malo como gobernante
y tan cursi como aprendiz de pijo
que con estilo miserable y feo
ya vienes siendo ejemplo de farsantes.
A encalomarse sobre la poltrona,
como aviesa polilla,
(sólo aplaudido por tus testaferros
y por los perros de tu camarilla)
¿una clausura firme y en chirona
no corresponde más que un abucheo?
Que allí el Falcon te lleve,
que por las trazas es, si nieva o llueve
(y a Vega aquí también parafraseo)
“el
sitio de tu recreo”.
Se agradece esa mención al buen Antonio. Gracias, Maestro.
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