Una sombra chinesca recortada
contra ese sol que cada tarde cae
y se posa en la mar del horizonte.
Así posa a lo lejos y ante mí
-diverso espectador sedente, absorto-
ese carguero. La velocidad
que parece que lleva,
de industrial gravedad y parsimonia,
seguramente es la que necesita
para llegar al puerto de destino.
-Boli
sobre el papel: qué laboriosa
y
agotadora va vuestra jornada.
-Ya
sabéis lo que ocurre:
un
ajedrez abstracto, la baraja
casual
de las palabras engarzadas.
Cuando
Goya se queda sin la Maja,
dicen
que mata moscas con el rabo.
-¿Es
un chiste del “Cabo”?
-O
del mago disléxico que exclama
¡CHATÁN!
al punto que a la escena sale.
-Vuesa
Merced delira: ya le vale.
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