-- Debajo del panamá
y al lado de la Caleta,
pareces un holandés
que atisbara
las condiciones mejores
para que ese cargamento
que zarpó de las Azores
llegue con bien; y atracara
una noche, entre dos luces
(el dinero, los temores
de topar con los agentes
y sus recios arcabuces,
que acosan el contrabando),
calculando
para no darse de bruces
con la ENHIESTA AUTORIDAD...
Pero es que ¿será verdad
tanta inútil fantasía,
hoy que paseas por Cádiz
aprovechando que el día
es un sábado de octubre
y que a esta playa la cubre
apenas, tímido, el mar?
Y, como Fernando, amando
estos graves desconchones:
evocando o convocando
las lejanas redacciones
en escolares pupitres;
las frustradas galeradas
a estas columnas truncadas
y las piedras al salitre...
¿Qué estás buscando, "holandés"?
¿Los vestigios y prodigios
de pescadores de antes,
de valientes navegantes?
-- Un rumbo para no ser
un triste holandés errante.
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