"Pastoral americana" (¿verdad?) es la crónica de cómo una familia y, por extensión /parábola, un país pasa de la estabilidad y la bonanza a la crisis continuada y al relativo caos, cuando se pone todo patas arriba con la supuesta teoría de arreglar las injusticias sociales, económicas y culturales y, después de un zafarrancho brutal, resulta que no es casi nada lo que se consigue mejorar sino que los tiempos estaban cambiando sólo a lo diferente que no es sinónimo de lo preferible.
La demagogia costosísima de las revoluciones siempre encontrará terreno fértil en la desigualdad y el descontento indiscutibles (que los hay) y la extensa ignorancia (que también), pero no suele aportar verdaderas soluciones, sino burdas trampas en las que otros peces grandes devoran a los peces pequeños: a los de siempre.
De no muy otro jaez es el manicomio grotesco, casposo y paleto que en la sucursal catalana separatista andan inflando (qué pena de región echada a perder) con esas patrañas de una falsa democracia en la que sólo votan unos, en mitad de una orgía mendaz de discriminación sobremanera arbitraria que roba el derecho de todos los demás.
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