Para dormir desnudos, abrazados y juntos,
tenemos puesta a tope esta calefacción;
y nadie sabe hoy de qué va nuestro asunto,
ni escucha las arritmias de nuestro corazón.
En singular contraste con la primera estrofa
hay dos aventureros trepando en la nevada:
no podría un vigía, de la más alta cofa,
imaginar lo blanca que está Navacerrada.
Al bajar del Citroën, nos ampara el paraguas,
mientras nos dirigimos al cercano asador;
el secreto que guardan tus celosas enaguas
también queda al amparo de un sosegado ardor.
La tarde en el albergue discurre en calma lenta.
Y en las distantes hojas de aquella enredadera,
mecidos por la música ambigua de "Magenta",
yo recobro tus "ojos brillantes, de pantera".
Dios mío!!
ResponderEliminarSi supieras de verdad lo que es "AMOR", te harías una idea de lo que he sufrido hoy,buscando una parte de ese corazón partido y compartido que alguien sin darse cuenta perdió. Y al que he tenido mirando al suelo hasta encontrarlo. Y ahora, leo esto en un momento tan duro, tan duro, que me ha destrozado.
Igual en dos minutos me arrepiento de haber escrito esto. Pero es lo que siento.