Con la llegada del nuevo año que apenas comienza, se han disparado numerosos rumores acerca de una investigación que diversos científicos realizan sobre el supuesto descubrimiento de una inédita técnica que vendría a revolucionar los parámetros establecidos en la pintura abstracta y cuyo seguimiento (todavía semiclandestino y falto de una cabal y fiable comprobación) ha despertado el interés, siempre ansioso, de los más poderosos centros financieros.
Alguna referencia, sesgada y algo parabólica, ha tenido ya lugar en los telediarios de distintas naciones europeas y, lógicamente, el fenómeno empieza a intrigar al sector de público que más aproximación demuestra siempre por la cultura y las artes.
El Hipocampo se ha puesto en contacto con los más reconocidos observadores aunque, de momento, las evasivas recibidas superan a las remisas confirmaciones, generando el natural desasosiego en el acuario por tratarse de una iniciativa más geminista que feminista que, a largo plazo, podría desestabilizar el edificio todo de las clásicas escuelas pictóricas que (Tiziano, Goya, Delacroix, etc.) en la Historia han sido muestra irrefutable de la inspiración y de la creatividad exhibida por esos orangutanes ascendidos que constituyen, políticos y todo, la controvertida especie humana.
Cabe la posibilidad de que sigamos informando.
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