Según
lo previsto, y como segunda parte anunciada de su predecesora, nos estrenan
esta cinta que prosigue con las variaciones, fieles o caprichosas que sean del
texto original, que continúan dando de sí las andanzas de los mosqueteros y
demás personajes que escribiera Alejandro Dumas en su famosa novela.
Y
no desmerece en absoluto: realización, fotografía, música, vestuario verosímil (como
en la anterior), localizaciones y efectos sonoros, muy bien resueltos. Hasta la
colección de armas y más aún, de los caballos elegidos para la ocasión,
subrayan el empeño que sus artífices se han esmerado en poner, al ofrecernos
esta versión, dicen que orgullosamente francesa.
Más
interesantes en su cometido los actores que ofician del trio (Athos, Porthos,
Aramis) que el que hace, un poco soso, de D’Artagnan; muy correctos, los que
encarnan al cardenal y los reyes, etc.
Y
la Green, cuya elección para el papel de Milady seguramente era inmejorable.
Esta actriz, dueña de una mirada paralizante, traslada con propiedad todo el
peligro que cabe atribuirle a sus manejos de espía en este espectacular asunto,
imprimiendo a sus gestos tan sabia amalgama de cólera, ferocidad y perversión
que no hay más que pedir.
Quizá
el probable éxito -incluso de taquilla- de esta producción sea el tentador
motivo para que, al final, la peripecia se atreva a entreabrir una eventual
tercera entrega que corre el riesgo de empachar, de puro reiterativa. ¿Lo
considerarán?
Desde Collado Villalba. Gracias por tus comentarios fiables
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