No
contento con subir de modo permanente “los
precios galopantes de sus cosas” (el zumo de naranja con pulpa va camino de
ser un inalcanzable elixir), el señor Roig, con modales de autócrata redomado,
ha dado orden de retirar de las estanterías de sus supermercados los productos
típicos de navidad, mantecados y así.
No
imagino dónde puede haber leído esta criatura que el 2 de enero es ya una fecha
impropia para que los aficionados insistamos en esas delicias favoritas de
nuestra tradición. Y desluce mucho esa vitola, esa aureola que le anduvieron
poniendo cuando la pandemia, de casi benefactor público, siendo en realidad y
solamente un mercader más, un empresario más, a lo suyo.
Su
habilidad como hombre de negocios está fuera de duda. Como también que un
inversor de lo que sea pretende ganar dinero. Eso es así. Y no cabe entenderlo
de otra forma; ni caben las protestas demagogas, hipocritonas que tan a menudo
se formulan, si admitimos esta “democrática” libertad de precios de este tramposo
estado del bienestar, que vaya tela. Porque la libre y salvaje especulación,
que es otra manera de no llamar al pan, pan, etc. malamente ayuda a que
tengamos un feliz año nuevo, pichones.
A pesar de los pesares, te deseo un muy feliz año, a ti y a los tuyos querido Rodrigo. Y gracias por tus, casi constantes, escritos
ResponderEliminarEs que privar de dulces a Vuesa Merced....¡Feliz Año Nuevo!
ResponderEliminarTu fiel discrepante de Aluche te desea un próspero año bisiesto. El mencionado empresario de dudoso mérito, según algunos proveedores, al menos paga decentemente a sus empleados.
ResponderEliminarUn abrazo.