Recorrí
ayer la carretera que conecta Chiclana con Tarifa.
Su
estado es desastroso. Absolutamente, en todo el trazado, quilómetro a
quilómetro. Lo pueden confirmar los numerosos automovilistas que transitan por
esa vía.
Seguramente
es ocioso averiguar qué funcionario o cuadrilla de ellos tiene la
responsabilidad de corregir el asunto; fijo que cobran puntualmente unos
sueldos que su visible y escandalosa inacción, su incompetencia, o desidia, o
negligencia no merecen.
Señalar
qué estamentos diversos de la gestión política y pública son los concernidos,
los que dictan presupuestos, órdenes de plazo y ejecución de obras, etc. etc.,
a distintos niveles, parece que tampoco va a servir de mucho, dado el desdén y
la altivez con que somos tratados con frecuencia los ciudadanos por los
desahogados mandamases.
Así
que se me venía a la mente esa expresión popular del habla andaluza que reza: “pa” cagarse en sus muertos.
Entre
bache y bache, roto y roto, grieta y grieta, socavón crateriano y ondulaciones
perversas del agotado asfalto, poco o nada señaladas…
¿Para
estos resultados se recauda tanto, se exprime con saña de verdugos al
contribuyente?
No hay comentarios:
Publicar un comentario