No descansan la Parca
ni Caronte y su barca.
El año se inaugura
con drásticas facturas
que el Tiempo está pasando,
fiel a su condición
que nunca avisa cuándo,
el muy cabrón.
David Crosby, mostacho,
vida tumultuosa
y fuente caudalosa
de música atrevida,
por senderos muy tuyos
que en esta despedida
se afirman con orgullo.
¿Parecías recatarte
en ciertas ocasiones
y, en ciertas formaciones,
sentiste que tus rimas
y que tus melodías
no eran tan accesibles?
¿Precisaban más días?
Quienes filtrar supieron
tu huella y magisterio
recordarán de ti
tus versos y tu arte
de sombras, de misterio.
Desde luego, Maestro, ¡No ganamos para sustos!
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