Qué
pereza, marquesa,
comenzarte
la glosa.
Nos
toma por sorpresa
tu
deriva mimosa
y
al deshojar tus rosas
eres
tan inconclusa
que
el pentagrama queda
falto
de semifusas.
Pues
¿qué? ¿No era el doncel
que
otra vez recuperas
un
afrentoso infiel
que
holgaba con cualquiera?
¿No
ultrajó tus blasones
y,
al estilo perverso
del
“mundo por montera”,
hundió
tus ilusiones
con
o sin metaverso?
Y
ahora, en un pasquín
de
la prensa en colores
(¿lo
dice en la portada?)
va
a resultar que al fin
todo
se arregla y nada
supera
los rigores
que
tendrás que arrostrar
si
quieres culminar
con
todos los honores
y
“en tan sólo 6 meses”
el
vestido de novia
que
sin duda mereces.
¡Qué
notición, Tamara!
¡Dejas
sin sitio a Perro
y a toda su piara!
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