Quizá debieran, las paladinas del "lenguaje inclusivo", llamar a ese torcido manoseo de la gramática "jerga aflictiva". ¿Les sonaría más feministoide?
Como inundadas de cacofonía, ignorantAs deliberadas, máquinas de repetir el caprichito subversivo, "ridículas no todas preciosas" e impulsoras a ciegas de resabios que ni Evita, ni Imelda, ni Agripina llegaron a soñar, ya se ve que jamás nos darían el opio ni con tal ni con gracia alguna.
Catálogos del aburrimiento (emulando con ello lo peor de los desafiados), de tan ensayaditas como dispensan la retahíla inacabable e inacabada de sus monsergas, flaco servicio hacen a lo que la sociedad DEBE VERDADERAMENTE "rearticular" para las ciudadanas, que, de seguro, nunca consiste en echar a perder la lengua y la literatura españolas.
Así que "unidAs pueden" ser un dolor de cabeza mientras terminan de extender sus sombras y no cesan de empacharnos.
Que Minerva las perdone porque cuando, además de la incultura, se dan la intención dolosa, el fanatismo, la demagogia, etc. la falta de propiedad en el empleo de las palabras y la falta de respeto al respecto son un generador de basura mental cuyas perversas consecuencias pueden llegar a ser incalculables.
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