De tal calibre, Quim, es tu cinismo,
tu caradura, tan desaforada,
que será menester un neologismo
para ponerle nombre a tus burradas.
¿Hablar tú de indecencia?
Ni Job, que era un extremo de paciencia,
podría perdonar tus desafíos
ni tus desplantes bordes ni tus líos.
Aunque puede ocurrir
que el petimetre que hogaño se ufana
de oKupar podio y manejar batuta,
te deje hacer lo que te da la gana,
contemple, impávido, cómo te creces
y aunque te lo mereces
no se atreva contigo, h... .. ....
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